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Be yourself, dear.

«Entre tus rastas arrastras y para soñar me bastas. Aún si fueras hipster tu vintage mi amor resiste. Sé hermosa virtuosa o meliflua superflua. Sé Joplin, sé Winehouse o sé Simone. Atea que crea o radical liberal. Átona entonada o pintora incolora. Sé toda tú. Sé lo que aún no sé que serás.»

Anécdota

Por fin les tengo la anécdota después de varios días de haber hurgado entre algunos recuerdos. Como lo había mencionado en un post anterior, fui nominado por Una tarde de Abril para contar  una historia que fuera importante, me haya marcado y enseñado alguna lección. Se acompaña de un máximo de cinco imágenes.

Todo comienza cuando entro a la universidad. Alejandra, quien estaba un semestre adelante, compartió conmigo una clase de poética. Al principio dije, «woa qué guapa», pero al escuchar sus composiciones, bueno, quedé más asombrado. Después de salir algunas veces supe que tenía aspiraciones muy altas y la verdad me sentí inspirado.

Las cosas no iban muy bien en casa. Trabajaba en una fabrica durante diez horas sin tener mucho tiempo para mí, mucho menos para la carrera. Ella ya cursaba materias extra en una universidad afiliada a la nuestra e iba ganando terreno. Su francés era tan limpio que por su pelo rojizo habría pasado por una parisiense fácilmente. Ambos teníamos el objetivo de hacer algo en Francia por lo cual nos comprometimos a hacerlo en algún momento de nuestra vida. Su viaje un semestre después para una estadía estudiantil hizo que me desalentara bastante. Mi situación iba lejos de ser buena ya que había abandonado un tiempo el curso por problemas personales.

unipoe

 

 

 

 

 

Pasó un año hasta que nos volvimos a ver. Su viaje por aquél lugar la había cambiado tanto. ¿Habría otro tipo de gravedad o algo por el estilo en ese lugar? ¿Qué les daban de comer que la veía más alta? Ganó un premio nacional un mes después de su arribo y yo había ganado una nueva oportunidad de continuar con mis estudios después de firmar un puñado de hojas comprometiéndome a no faltar y cosas por el estilo.

eiffel

Al día de hoy tengo varias ofertas para desempeñarme en el ámbito editorial cuando llegue el momento de graduarme. Casi he completado el programa francés, he creado este pequeño espacio para compartir lo que hago, todo va viento en popa. He llegado a este estado de bienestar gracias a una buen amistad. Cuando su carrera estaba disparándose cada vez más y más hacia arriba, nunca dejó pasar la oportunidad de darme palabras de aliento. Cada ocasión en que salíamos me impregnaba de todo cuanto se podía. Palabras y actos que me ayudaron a avanzar. No me adentraré en detalles pues sería un post de lo más largo. Agradezco a este tipo de personas por ayudar a quienes no la pasan tan bien así como recordar que el avance no se lleva a cabo de otra forma que dando la mano a quien anda por los suelos.

Los afortunados para la dinámica son:

LoliLopesino

Julio Alejandre

Helina books

Una chica trotamundos

BlackSwanSaray

 

Mariela

Sentado al borde de la cama me froto los ojos, me estiro y tomo las pastillas que
siempre me esperan hasta el momento en que despierto. Me pongo mi bata y
enciendo un cigarrillo. Al sentir el sabor a menta me doy ánimos y concluyo la
ceremonia matinal abriendo las persianas y uno de los ventanales que da al jardín.
Tomo asiento y aguardo, como en cada mañana, a que el sol se ponga en contacto
conmigo y, aunque se dice que uno no puede ver lo directamente, me aseguro que él
sepa que alguien lo intenta.
Ella sigue en la cama abrazada a una almohada que en mi ausencia le da seguridad.
Suspira y, he aquí lo fantástico: abre los ojos en el mismo instante que el sol entra en
el cuarto. El pacto que hay entre ellos es cósmico, espiritual, metafísico y todas esas
situaciones que pocos entienden y solo algunos experimentan.»¿Es hora?», me
pregunta y yo asiento con una sonrisa. Salta de la cama y toma asiento en mis
piernas. Me besa y dice: «¿recuerdas?». Como un intro de película de Marvel
comienzan a venir las imágenes de la eternidad. Pero ¿cómo puede ser
representada la eternidad por algo que no sean esos famosos tatuajes de infinito?
Su padre, quien fue hace algún tiempo nuestro maestro, tenía una basta sabiduría y
gracias a sus enseñanzas pudimos descubrirnos, conocernos y finalmente
enamorarnos.Como bien se sabe, la expresividad es primordial para cualquier
intérprete musical. Los esfuerzos de nuestro maestro por perfeccionarnos siempre se
mantuvieron en la excelencia. Ver a los ojos a alguien mientras cantas no es algo fácil,
incluso la charla tiene un intermitente contacto visual. La casualidad tiene algo tan
especial que, después de cantar un canon mirándola y tratando de expresar bien la
pieza, me tope con que debía mirar a cualquier compañera durante cuatro minutos. Me
tranquilicé, esperé a que el maestro me escogiera una pareja y desnudar una parte de
mí. La puso frente a frente conmigo, como sugiriendo que no había mejores manos
que las mías (u ojos, mejor dicho) en las cuales dejar a su hija.
Ví sus pupilas, su iris que de pronto cambiaba de color, sus pestañas, sus cejas. Nos
reímos, hicimos pequeños gestos, fruncimos el ceño, le guiñé un ojo. Ampliamos
nuestras fosas nasales e incluso alcancé a ver de reojo cómo movía sus orejas.
Hicimos el amor. Las palabras finales del maestro fueron: «a quien les tocó como
pareja le han entregado una parte de sí mismos y esa mirada quedará en la eternidad junto a ustedes».
Con esos «ojos color sol» que un día fueron causa de hipnosis, ahora podía ver
cada alborada. Era el ansia la que se apoderaba de mí al no tenerlos. Le pedí una
fotografía con el enfoque cercano a la cara.»De tan cerca me veo fea, amor» me decía.
Los elogios a su hermosura eran suficientes para despistar mi necesidad. Tenía los minutos contados y de verdad, no podía pasar más de cinco sin tener que sacarla
fotografía y ver aquello que me hacía alcanzar el éxtasis. Noche. Día. De nuevo noche.
De nuevo día. Las horas se iban acumulando y los lapsos de cinco minutos se hacían
eternos. Cinco minutos. Cinco horas. Cinco días.
«Son las cuatro de la mañana, amor ¿qué haces despierto?». No podía responder, la
pequeña lámpara se había quedado sin batería y tenía que ver la fotografía al lado de
la ventana con la luz de la lámpara que estaba en la calle.»Ella no sabe, ni lo debe
saber» me dije a mi mismo.
«La rutina matinal» pensé. Solo que ya no había pastillas, tenía ya mi bata y no paraba
de fumar. Saltó de la cama directo a mis piernas.»Te ves terrible, ¿cuánto tienes sin
dormir?». Yo estaba en trance. Sus ojos era lo único que podía asimilar en aquella
habitación. «Cinco, cinco, cinco». Encendió la radio y comenzó a cantar con su bella
voz, creo que para tranquilizarme. «Estás sudando» me dijo. Le sonreía sin dejar de
mirar la fijo.»Cinco, cinco, cinco». Volteamos a ver los ventanales mientras la brisa nos
hacía estar cada vez más despiertos. El sol se puso en contacto con nosotros. El
pacto entre ellos seguía en pie. Sabía que lo observabamos.
Comenzó de un momento a otro a descender más rápido sobre nuestros cuerpos. De
repente era ya noche. Volvió a salir lentamente. Bajó sobre nosotros y oscureció de
nuevo. Iba y venía. Rápido y lento. «Cinco, cinco, cinco».  Atrapados en un solo
momento comenzamos a morir. Nuestra piel caía a trozos y la sangre emanaba
pausadamente. Ella se iba consumiendo en mis manos mientras el sol rotaba sin
detenerse. «Cinco, cinco, cinco» dijimos.
Tocaron a la puerta y se abrió. Sentado en la fría y metálica silla con mi cigarrillo les
dije:»adelante». La pequeña abertura en la pared que dejaba entrar un poco de aire
proyectaba el sol sobre la pared. Los ojos dibujados en el muro me miraban, yo no los
podía ver directamente, sería un estúpido. Mis manos temblaban y mi bata estaba
sucia, me había hecho del baño encima.»D-d-don Jorge,b-buenos días» le dije.»Dios
mío, no te han dejado tus tranquilizantes, hijo». Corrió por mis medicamentos, cambió
mi bata y me puso la camisa de fuerza.»Es hora de tu terapia, amigo». No pude
forcejear como siempre lo hago, estaba exhausto. Fumé lo último de mi cigarrillo y
miré los ojos en la pared. Debajo se leía: «Cinco, cinco, cinco». Reí a carcajadas y como
recobrando mis fuerzas grité y forcejé mientras me arrastraban fuera de mi cuarto.

Han matado a un violinista

Quiero agradecer a Una tarde de Abril (https://unatardedeabril675010824.wordpress.com/), que me nominó en la dinámica cuyo objetivo es contar una experiencia que nos haya marcado y enseñado una lección. Estaré publicándolo en los próximos días. Mientras llega tal momento, les comparto un microrelato elaborado en una clase de narrativa hace ya un año.

Año 3018

La tarde de ayer se conmemoró a las últimas víctimas de la guerra de la humanidad contra sí misma. Se recordó el tratado de desnuclearización mundial, el derrocamiento de algunas dictaduras socialistas e incluso cómo el capitalismo cedió con el asesinato de Donald Trump. Los libros hablan sobre una tanqueta matando un protestante pacifista, habitantes de un mismo país matándose con armas químicas, campos de concentración coreanos y el asesinato de un músico en las calles de Venezuela. La revolución mundial se dió después de esta serie de atrocidades. Nada fue igual después de la muerte del violinista venezolano. Las protestas aumentaron a tal grado que el mismo hermano del músico asesinado ejecutó a Maduro afuera de las instalaciones de la Asamblea Nacional.

Aquellos que tuvieron la iniciativa de crear esta utopía fueron los líderes de la ONU pues el desarme de cada una de las naciones se hizo efectivo gracias a la verdadera unificación de la organización.

¿Qué pasó en los últimos mil años? Avanzamos a paso firme a la utopía ¿Qué pasó con esos instintos salvajes de guerra termonuclear? Nunca volvieron a dañar persona alguna después de Hiroshima y Nagasaki. Al contrario de la matanza que se tenía en mente se usó toda la energía nuclear para el impulso que necesitaba la humanidad. La evolución dió un paso más convirtiéndonos en homo superior. No ese tipo de mutante que controla rayos, lee las mentes de los demás o tiene garras en las manos. En la actualidad el pintor ha de conseguir la vista pentacromática y ampliar su gama de colores para plasmar en sus obras una nueva idea milímetro a milímetro. El músico puede percibir la microtonalidad y con las bases del pionero Julián Carrillo explorar los sonidos del universo. El lector o literato capta ya mil palabras por segundo mejorando el contenido recibido y por tanto el emitido. Son estos pocos ejemplos de lo que el hombre ha logrado sin dejar de mencionar la conolizacion de Marte, la industria arquitectónica y automovilística aérea y la implementación de tecnología médica regenerativa.

Sin embargo, estar bien tiene un precio. Nunca se nos mintió. No al menos como la ficción distópica predecía. La paga que se tuvo que dar a cambio de la prosperidad prometida fue y sigue siendo sencilla. Una serie de tratamientos del nacimiento hasta los cinco años basta para estar bien. Disminuimos los instintos primitivos, lo cual llamaban sentimientos y que nos llevaban a la guerra. Y logramos estar bien. Eso ha sido el verdadero progreso.

Ya nomás los recuerdos quedan

Dia 3

Puedo decirte lo que acabo de hacer un día atrás, 24 horas. Después del reset me voy, más allá de eso no me preguntes nada. Cómo es que lo sé: un tatuaje. En efecto, me he tatuado o mejor dicho, mis padres me han tatuado un mensaje en la muñeca: “Un buen hombre no se define por lo que ha hecho, sino por lo que decidirá hacer”.

La memoria de corto plazo es jodidamente indispensable, pero no dura para siempre. En mi caso duró unos quince años, la cuarta parte de una persona normal. A mis treinta he podido probar bastantes cosas que nunca volverán: mi graduación, cerveza, enamorarme, sexo, el nacimiento de diez sobrinos. Ahora que veo las fotografías sé que hay algo de cierto. Muchas veces las personas mienten acerca de lo que en realidad quieren hacer y a ciencia cierta no conoceré la verdad sobre aquellas imágenes.

Una rara combinación de amnesia e hipermnesia me han permitido recordar datos numericos, fechas y algunas otras cosas. Ganarse la vida haciendo contabilidad para una empresa cervecera es la pura hostia. Mientras yo les doy en la mitad de tiempo que lo hace otro buenoparanada, ellos me envían un lote mensual de su mejor producto la mitad de rápido que los bastardos que venden alcohol adulterado en la esquina de la calle…

Hacker

Dia 2

Un segundo borrador. Otras pequeñas ideas que van saltando a las páginas. Espero les guste.

Para conseguir una salida, el chico debía resolver una serie de acertijos en donde decrecía la pacifidad. Las manos le sudaban como cascadas alrededor de la computadora y sin embargo el viejo teclado no llegó a descomponerse. Poco había escuchado de los ordenadores de aquel tipo puesto que la manualidad estaba ya tan obsoleta en este tiempo que sonaba retrograda querer aprender a usarlos.

Lo retro era fascinante para pequeños grupos de la población. Era una de tantas modas que habían nacido en la ciudad, pero era la que había prevalecido. Sus padres eran unos académicos que apostaban por el progreso de la humanidad y que de alguna forma habían implantado en sus alumnos (entre los que se encontraba tyler) la idea de que el futuro se encuentra en el pasado. Su enseñanza se basaba en una psicología de masas propuesta dos siglos atrás y que se representaba con un espiral, es decir que, si se quiere avanzar, se debe retroceder.

El movimiento hecho cual pianista sobre el teclado había acabado y Tyler quedaba victorioso sobre aquel aparato. Con uno sonrisita se paró y salió de la habitación que se desvaneció tras pulsar el botón de la pared.

-¿Qué te ha parecido?-dijo Charles.

-Sería una sorpresa que hubiera algo que me entretuviera.

La cara de Charles quedó perpleja ante tal respuesta pues había sido año y medio de trabajo y T-21 lo había echado abajo en seis minutos y medio…

Leyendas de un estudiante

Comenzar con un blog puede ser duro, lo he visto a lo largo de los años al leer a otros. No hacerlo teniendo el deseo debe ser posiblemente más duro.

En este espacio les compartiré reseñas y opiniones de libros, peliculas, series y algunas cosas más. Hoy quiero empezar con un borrador de un proyecto creativo que también es necesario que realice a la de ¡ya! Pues si no hago este par de cosas el morir tranquilo me será imposible.

Día 1

Mel

Una chica de 17 años corría por la acera más amplia del vecindario, sus cabellos eran de dos colores y sus dientes incisivos estaban un poco separados pero ello no hacia de su sonrisa menos fea que las de las otras personas. Al tiempo que avanzaba iba danzando y cantaba sobre cosas que solo ella entendía. La forma de andar por el camino era bastante raro y el detalle era su falta de zapatos pues solía andar en calcetas solamente. Mel tenía un enamorado, él la amó desde el momento en que la vio y no fue su cabellera de helado napolitano o sus fuertes pero a la vez delicados pies, sino su forma de hablar de la vida y de cantar aquello que pocos suelen entender.

Mr. Potato vivía en la ultima casa de la calle de Mel y Tyler, su enamorado. Él podía llegar a ser un viejo gruñón, pero desde que la abuela de ella murió, era el único que podía escucharla sin decirle maldita loca, déjame en paz. La pareja iba a este lugar tan singular con una constante periodicidad. Bebían un poco y de vez en cuando fumaban marihuana. El viejo tenía varias plantas en su backyard que usaba tanto medicinal como recreativamente y resultaba divertido imaginarlo como un capo del narco.

Cada uno tomaba las palabras que el viejo les aconsejaba de forma diferente y es que ellos también lo eran, tan diferentes como el loco y el sensato.

Pasada la fiesta de graduación tuvieron un tiempo de decidir en donde querrían estudiar. Una soñaba con Europa y el otro con china. El rompimiento inminente ante el destino que habían decidido llegó un 22 de abril en el 68′. Recién empezado el movimiento estudiantil en Francia ella estaba ansiosa de poder defender la igualdad entre clases sociales, sexos, razas y niveles educativos.

Tyler podría soñar con mil y un días al lado de Mel pero oportunidades inigualables se presentaban en Zhōngguó como le gustaba nombrar al país oriental. Sus ideas se lograban cruzar en miles de momentos por las cosas que compartían: haber nacido el mismo día, tener el mismo grado de estudios en música y artes, compartir abuelos con exactamente el mismo nombre (Julianna y Samuel) y buscar ser grandes en aquello que escogieran hacer.

Por una ultima vez se dirigieron a casa de Mr. Potato para despedirse. Los ojos del viejo se rasgaron y esta vez no por el humo del porro, sino por algo muy importante. A pesar de que nunca le dijeron alguna palabra de su separación Mr. Potato habló a ambos como si lo supiera y la nostalgia se intensificó al despedirse deseando poder volver beber de nuevo una buena copa.

Tras la partida de Tyler, Mel quedó al cuidado de la espera, lo único que tendría hasta el pasar los seis meses libres antes de viajar a Francia.

Así da comienzo las “Leyendas de un estudiante”